jueves, 22 de julio de 2010

Gran Bretaña (11/07/10)

En un fin de semana en el que vuelve la F1 con el GP de Alemania, no está de más recordar un poco lo ocurrido hace dos semanas en la que fue décima carrera del mundial.

Después de la polémica surgida en Valencia por el asunto del Safety Car, en Silverstone pudimos comprobar de nuevo cómo los comisarios no parecen tener en gran estima a Ferrari, y más concretamente a Fernando Alonso. La penalización sufrida por éste en su adelantamiento aparentemente irregular a Kubica pareció aun así excesiva a todas luces y resulta fácil de adivinar conociendo cómo se las gasta la FIA, que mucho habrán tenido que ver con ella las duras declaraciones del piloto español a la finalización del GP de Valencia.

Pero vayamos por partes: el fin de semana empezó con un nuevo culebrón en el box de RedBull. La escudería del toro volador había llevado dos alerones nuevos a Inglaterra pero en la última sesión de los libres Vettel rompió el suyo. El equipo entonces tomó la decisión de darle el alerón que en teoría correspondería a Webber, causando el lógico enfado en el piloto australiano que se sintió una vez más como un segundón a los ojos de su escudería. La versión oficial dada por ésta fue que se decidió darle el alerón a Vettel en virtud de la clasificación general del campeonato donde el alemán iba por delante de Webber antes de disputarse la carrera. Podría ser hasta aceptable si no fuera porque muchos piensan que se hubiera optado por la misma solución aun en el caso de que la situación en la clasificación hubiera sido otra.

Sea como fuere, la consecuencia directa o indirecta fue que Vettel el sábado se hizo con la pole, aunque por escaso margen frente a Webber, siendo tercero Alonso ya muy distanciado de los dos RedBull. La segunda fila la completaba como no podía ser de otra forma el McLaren de Lewis Hamilton, quien una vez más sacó el 150% del rendimiento a su monoplaza.

El domingo todas las miradas estaban puestas en la salida donde se esperaban ataques antes de la primera curva, y ciertamente lo que pudimos ver no defraudó lo más mínimo las expectativas creadas. Si en la mayoría de las carreras la salida es clave para el desenlace de un GP, en Inglaterra lo fue aún más.

Lo primero que tenemos que decir es que Webber le mojó la oreja a Vettel en una maniobra tan espectacular como eficaz, lo que además provocó que desde atrás se echaran encima del alemán todavía desconcertado por el adelantamiento de su compañero. Esto provocó que el alerón delantero de Hamilton rozara un neumático posterior de Vettel ocasionándole el consiguiente pinchazo. Carrera cuesta arriba para el joven alemán que tras salirse de la pista tiene que llegar a boxes para solucionar el problema.

Y si mala fue la salida de Vettel de nefasta hemos de calificar la de Fernando Alonso. Otro error del asturiano a añadir en su debe en una temporada en la que esto empieza a ser demasiado frecuente para alguien de su enorme categoría. De este modo cae de la tercera a la quinta posición y por si fuera poco, en una defensa quizás demasiado agresiva frente a su compañero de equipo Massa, causa el pinchazo en el monoplaza del brasileño obligándole a parar en boxes. Nueva carrera arruinada para Felipe.

Alonso consciente de su posición comprometida y viendo cómo tanto Webber como Hamilton se alejan progresivamente, decide entonces ser el primero en entrar en boxes para de este modo intentar superar a Kubica y Rosberg que en ese momento ruedan por delante de él. Intento fallido y todo sigue igual después de que tanto el polaco como el alemán realizaran su correspondiente parada, superando eso sí éste último al piloto de Renault.

Llega entonces el momento clave para Alonso. El piloto de Ferrari acosa a Robert Kubica y en una maniobra apurada intenta adelantarle a la llegada de una chicane pero el polaco cierra los espacios obligando al asturiano a trazar por fuera de la pista, superándole gracias a esa acción. La maniobra parece ilegal o al menos poco clara, pero desde el box de Ferrari prefieren aguantar antes de tomar la decisión de pedirle a su piloto que se deje recuperar la posición frente a Kubica. Pero son los comisarios entonces quienes tras ocho vueltas imponen un drive through a Alonso. Por si fuera poco, cuando éste se disponía a cumplirlo irrumpe el Safety Car en la pista con lo que tiene que aguardar como indica el reglamento a que éste se retire de la pista para cumplir la sanción, algo que inexorablemente le condena a la última posición.

Por delante todo sigue igual, con Webber imponiendo de nuevo su ritmo y Hamilton segundo controlado en todo momento por el australiano. Detrás, Rosberg marchaba tercero mientras Button ascendía gracias a una brillante estrategia a la cuarta posición. Vettel, a quien habíamos dejado después de su pinchazo en la salida, es el mayor beneficiado por el Safety Car y haciendo valer el poderío de su monoplaza consigue escalar progresivamente posiciones para colocarse finalmente octavo a falta de doce vueltas para la conclusión. Sería séptimo a la conclusión de la carrera.

Las posiciones permanecen invariables hasta el final consiguiendo de esta forma Webber su tercera victoria en lo que va de campeonato. Hamilton con su segundo puesto se afianza al frente de la general aventajando en doce puntos a su compañero Button que es segundo. Tercero queda Webber a diecisiete y cuarto Vettel a veinticuatro. Alonso por su parte es quinto pero ya muy alejado, concretamente a cuarenta y siete puntos. Parece imposible una remontada de Ferrari y menos viendo la superioridad por una parte de los dos RedBull y la regularidad con la que se muestran los dos pilotos de McLaren.

Por lo que se refiere al mundial de constructores McLaren saca veintinueve puntos a RedBull siendo Ferrari la tercera escudería, aunque a más de cien puntos de las flechas de plata.

Por ello, siendo realistas el campeonato es ahora cuestión de dos escuderías y de cuatro pilotos. Para Ferrari no queda más que tratar de buscar alguna victoria parcial aunque para ello habrá de contar con una ligera dosis de fortuna que hasta ahora le ha sido esquiva, pero también con la máxima concentración y habilidad por parte de sus pilotos que de momento, y salvo en la primera carrera del mundial, no ha respondido a lo esperado.

¡Nos vemos en Alemania!

martes, 6 de julio de 2010

Valencia (26/06/10)

Hace ahora diez días vivimos una carrera en Valencia, el GP de Europa, novena carrera del Mundial de F1, cuyo desenlace final estuvo claramente afectado por una decisión por parte de dirección de carrera que perjudicó única y exclusivamente a los dos pilotos de Ferrari arruinando por completo sus posibilidades y adulterando el resultado que de otro modo, podría haberse producido.

Es por ese motivo que todas las valoraciones que pudiéramos hacer de lo visto en Valencia deberían pasar por el filtro de estas circunstancias extraordinarias, por lo que no tiene sentido alguno en esta ocasión entrar a valorar lo acontecido en la carrera. Nos ceñiremos a analizar qué fue lo que condujo a esta situación y si de verdad hubo algún tipo de responsabilidad por parte de los principales implicados.

El fin de semana en Valencia se presentaba bajo la incógnita de conocer hasta que punto las evoluciones anunciadas por parte de Ferrari en su F10 iban a ser capaces de reducir el gap hasta entonces existente con RedBull, en incluso con McLaren. Ya en los entrenamientos del viernes las sensaciones fueron buenas con Fernando Alonso y Felipe Massa realizando buenos tiempos. Sin embargo el sábado la superioridad de RedBull volvió a quedar de manifiesto al aventajar en más de medio segundo a Alonso, que acabó cuarto, y en una décima más a Massa, quinto. En todo caso, buen resultado para lo que llevábamos viendo en las últimas carreras. Y siempre con la esperanza de que los Ferrari pudieran tener mejor ritmo de carrera el domigno, algo por otra parte más que probable habida cuenta del mejor trato que el F10 dedica a los neumáticos.

De este modo el domingo nos encontrábamos con Vettel y Webber –por este orden- en la primera fila, con Hamilton y Alonso en la segunda, y con Massa situado justo detrás de Hamilton. Al ponerse el semáforo en verde Webber vio cómo no pudo evitar que primero Hamilton y luego Alonso le superaran, para comenzar después a perder posiciones de forma inesperada hasta caer a una embarazosa novena plaza.

Con Vettel tratando de poner tierra de por medio sobre Hamilton y los dos Ferrari, se llega a la vuelta diez donde sucede algo imprevisto: precisamente Webber que trata de recuperar posiciones tras su paso por boxes apenas dos vueltas antes, vuela literalmente sobre el Lotus de Kovalainen -mucho más lento que él- y que hace de auténtico trampolín. Por un momento se teme lo peor aunque pronto el piloto australiano da muestras de no haber sufrido ni un rasguño. Sin embargo como no podía ser de otro modo la dirección de carrera ordena la salida del Safety Car. Y aquí es donde nace toda la polémica. ¿Qué ocurrió?

Para empezar, el SC tiene como primer propósito velar por la seguridad de los implicados en un accidente así como del resto de pilotos todavía en carrera. Por ello, su entrada en la pista una vez ordenada, se hace de forma inmediata, aunque por lo general y siempre que sea posible, se intenta causar el menor trastorno posible saliendo o bien a cola del pelotón –para esperar luego a la cabeza- o directamente por delante de éste.

Sin embargo en esta ocasión su salida coincidió justo con el momento en que Hamilton estaba a punto de pasar por delante del carril de incorporación a la pista. El piloto inglés que hasta entonces había ralentizado en parte la marcha, al ver el SC, decide pisar a fondo y adelantar a éste como prueban las imágenes que se pudieron ver con posterioridad, dejando a los dos Ferraris –que en ningún caso deciden imitar la conducta del inglés- taponados por el coche de seguridad. De esta forma, mientras el resto de pilotos que venían por detrás aprovecharon ese momento para entrar en boxes, los dos monoplazas rojos hubieron de esperar a dar una vuelta completa a ritmo lento para poder realizar su cambio, agravándose esta situación en el caso de Massa, quien además hubo de esperar parado los cuatro segundos que tardaron en cambiar primero los neumáticos a Alonso. ¿Resultado? El asturiano que iba tercero volvió a pista décimo y Massa decimoquinto. Adiós a la carrera en un circuito donde los adelantamiento son pura ciencia ficción.

Es curioso que la realización de la carrera apenas presta atención al detalle hasta que cuando se reanuda la carrera escuchamos la conexión por radio de Alonso con su box en el que les pide que protesten a dirección de carrera puesto que ha sido testigo de cómo Hamilton había adelantado al coche de seguridad. Es entonces y sólo entonces cuando dirección de carrera decide investigar ante la reclamación de Ferrari, algo que también resulta inaudito con la cantidad de cámaras y comisarios dedicados a vigilar todo lo que acontece en pista y hasta fuera de ella.

Sin embargo, la cacicada que se iba a cometer todavía es mucho mayor. A pesar de parecer más que evidente el drive thorugh que habría de sufrir Hamilton, la dirección de carrera tarda ¡diecisiete vueltas! en hacerla efectiva. Tiempo más que suficiente para que el inglés de McLaren sin nadie por delante, pudiera lograr ventaja más que suficiente para una vez cumplida la sanción, regresar a pista sin perder ni una sola posición, beneficiado por el tapón que desde la tercera plaza el japonés Kobayashi realizaba sobre el resto de pilotos que venían detrás.

Con decisiones así lo que queda patente es que un piloto que ha infringido el reglamento –como constata el hecho de que se le haya sancionado- no resulta en modo alguno afectado por esa conducta, mientras que otros que sí lo han respetado, ven cómo se arruina una carrera en la que sus opciones a podium, y por qué no, a la victoria, se van al traste. ¿Qué deberían hacer según esto los pilotos de Ferrari si se ven en la misma tesitura en el próximo GP?

El auténtico despropósito se ve culminado por la decisión casi al final de la prueba de investigar a la finalización de ésta, nada menos que a nueve pilotos por supuestas irregularidades durante la presencia del SC. No merece la pena ni comentar este aspecto puesto que después de horas de deliberaciones a aquellos pilotos a los que se consideró que habían infrigido el reglamento se les sancionó con unos irrisorios cinco segundos a añadir al tiempo con el que habían concluido la carrera. De risa. Alonso recupera así un puesto acabando finalmente octavo.

Por todo lo anterior, tal vez decir como afirmó Alonso con posterioridad a la carrera que ésta había sido manipulada pueda resultar un poco excesivo. Los que amamos este deporte tenemos que confiar al menos en que en este tipo de situaciones no hay mala fe de por medio ni favoritismos a la hora de tomar las decisiones. Pero sí que podemos afirmar que el GP de Valencia estuvo totalmente condicionado por una mala decisión por parte de la dirección de carrera. Incompetencia quizás sea una palabra demasiado fuerte pero que también podría emplearse.

No nos queda otra que confiar también en que la FIA y el Sr. Charlie Whiting hayan sabido extraer conclusiones de lo acontecido, aunque nos cueste creerlo, y que en Silverstone podamos asistir a una carrera limpia en el sentido más amplio de la palabra.

No quiero concluir este blog un tanto especial sin destacar dos noticias, una que afecta a todos los equipos de la parrilla y la otra, que tiene que ver con Ferrari. Y es que finalmente Pirelli ha sido la marca elegida para proveer los neumáticos en las próximas tres temporadas. Y por otra parte, tras casi dos décadas en la nómina de McLaren, Pat Fry ha pasado a Ferrari como asesor de Aldo Costa, director técnico de la Scuderia, siendo efectivo su contrato desde el pasado 1 de Julio.

domingo, 20 de junio de 2010

Canadá (13/06/10)

Octava carrera del Mundial con tercer doblete en lo que va de temporada para McLaren, segundo consecutivo después del logrado en Turquía. Estas son nuestras calificaciones.

Diez. Fin de semana espectacular el de Lewis Hamilton, quien repite victoria –en este caso sin regalos de RedBull de por medio- colocándose de esta forma líder del mundial –y ya van unos cuantos esta temporada: Alonso, Massa, Webber, Button-. Para empezar el sábado Hamilton consiguió por primera vez una pole, que hasta la fecha había sido patrimonio exclusivo de RedBull. Luego el domingo sencillamente no desaprovechó la ocasión. Aprovechó su segunda parada en boxes para recuperar la posición que en la anterior había cedido a favor de Alonso, y esperó simplemente a que Webber tuviera que hacer la suya para de este modo colocarse al frente de la carrera. Pareció por momentos que sus neumáticos no iban a resistir las últimas vueltas, pero el inglés con una conducción soberbia dejó claro a Button y Alonso, quienes trataban de presionarle, que la victoria era propiedad suya.

Nueve. Jenson Button salía desde la cuarta posición –gracias a la sanción sobre Webber- y finalizó segundo, con lo que el vigente campeón del mundo puede darse por satisfecho. Además se coloca en esa misma posición en la clasificación general a tan solo tres puntos de su compatriota y compañero de equipo Hamilton. El sábado tal vez no tuvo una clasificación perfecta, quedando quinto a más de cuatro décimas de su compañero de equipo. Sin embargo, el domingo se redimió con una carrera seria y en la que fue protagonista de una maniobra que sin duda, tuvo que dolerle –y mucho- a Alonso, al adelantarle con toda la picardía del mundo aprovechándose de un doblado que se situó de por medio, robándole la cartera al piloto de Ferrari.

Ocho.
Ferrari ha vuelto y el podium logrado por Fernando Alonso es la mejor de las pruebas posibles. Ya en los libres del viernes se vieron atisbos de mejora –en especial en los segundos-, confirmándose éstos en los libres del sábado y en la clasificación donde el piloto español fue cuarto, saliendo finalmente el domingo tercero por la sanción de cinco puestos a Webber quien había acabado segundo el sábado. El domingo Alonso salió dispuesto al ataque desde el primer momento, tratando de superar sin éxito a Vettel en la primera curva. Fue especialmente emocionante su adelantamiento a Hamilton en los boxes –mérito en buena parte de unos mecánicos de Ferrari superiores en esta ocasión a sus colegas de McLaren- cuando el inglés había entrado por delante a cambiar sus neumáticos. Sin embargo no tuvo la misma suerte en su segunda parada, ya que en la vuelta en la que buscaba ganar tiempo para mantener su posición, se encontró con tráfico en pista, lo que hizo que Hamilton recuperara el segundo puesto por detrás de Webber. En el debe de Alonso hay que situar la maniobra anteriormente comentada en la que de forma inocente se dejó comer la tostada por Button al doblar ambos al piloto de Hispania, Chandhok.

Siete. Sebastian Buemi firmó para la escudería de Toro Rosso el mejor resultado en lo que va de temporada, finalizando en un octavo puesto, que con toda seguridad, sabe a victoria en el equipo filial de RedBull. Sólo una estrategia simplemente perfecta y una salida espectacular puede explicar que alguien que salía desde la decimoquinta posición, llegara incluso a liderar la carrera antes de su primera parada en boxes. Lástima que su compañero Alguersuari no siguiera el mismo camino. El español tuvo que conformarse con una duodécima posición y por tanto, fuera de los puntos.

Seis. Si obviamos a las grandes escuderías, sin duda Force India ha sido de nuevo la principal estrella de esta carrera. Hasta la fecha se habían mantenido gracias únicamente a uno de sus pilotos, Adrian Sutil, pero en Canadá se unió a la fiesta incluso el irregular Liuzzi. De hecho el italiano finalizó quinto el sábado en la clasificación, por delante de Sutil, que fue noveno. En cualquier caso, los dos Force India se encontraban entre los diez mejores cuando el domingo el semáforo se puso en verde. Seguramente con ese punto de partida las aspiraciones eran mucho mayores del noveno puesto en el que finalizó el italiano y el décimo en el que cruzó la meta el alemán. Pero aún así el rendimiento es digno de elogio. Queda sólo la duda de qué hubiera ocurrido si Liuzzi en la salida no hubiera tenido el toque con Massa que le obligó a entrar en boxes, reincorporándose a la carrera en penúltima posición. Más meritoria si cabe por tanto su novena plaza final.

Cinco. Red Bull ha sido por segunda semana consecutiva la gran derrotada del fin de semana si nos atenemos al potencial mostrado. Después de perder el liderato en el campeonato de constructores, ve tras Canadá cómo cede también el primer puesto en el de pilotos. De hecho, tanto Hamilton como Button están ahora mismo por delante de Webber que es tercero. Peor si cabe Vettel, que es quinto por detrás de Alonso. Cierto es que todos ellos en apenas diecinueve puntos, menos de una carrera. La cosa no pintaba mal el sábado con Vettel segundo y Webber tercero, pero comenzó a torcerse con la avería en la caja de cambios de Webber que le obligaba a cambiarla, con la consiguiente sanción de cinco puestos en la parrilla. Pero el domingo, con una estrategia quizás no muy acertada, vieron cómo Vettel caía también hasta la cuarta posición, mientras que Webber concluía quinto. Al menos en esta ocasión no hubo incidentes en pista entre ambos pilotos. Algo es algo.

Cuatro. Este fin de semana Felipe Massa celebraba su renovación con Ferrari. Se le vio con ganas en los entrenamientos, donde el sábado se quedó más cerca que nunca de su compañero Alonso. Sin embargo el domingo arriesgó en exceso en la salida y su accidente con Liuzzi le llevó a una última posición desde la vuelta tras vuelta tuvo que ir al límite para recuperar posiciones. Lo tuvo complicado especialmente cuando tuvo por delante a los dos Force India, a los que finalmente logró superar, logrando incluso protagonizar un adelantamiento brillante a Sutil. Sin embargo cuando tenía el noveno puesto a tiro, con un Schumacher contra las cuerdas por la degradación de sus neumáticos, arriesgó otra vez más de la cuenta y el alemán, en una maniobra quizás no demasiado elegante, hizo que Massa pisara la hierba y dejara en ella su alerón delantero. Nueva entrada a boxes y cero puntos en el casillero del piloto brasileño.

Tres. Se esperaba más de Michael Schumacher en un circuito donde había ganado hasta siete veces y sobre todo después de sus buenas actuaciones en las últimas carreras. Los primeros libres del viernes donde acabó segundo parecían augurar un buen fin de semana para el Kaiser. Pero el sábado sorprendentemente se quedó fuera de la Q3, ocupando un decimotercer puesto en la parrilla, que limitaba sus opciones de cara a la carrera del domingo. Con todo, llegó a rodar octavo a falta de veinte vueltas, pero a partir de ahí sus neumáticos dijeron basta y vio como uno tras otro, le fueron superando primero Buemi, y posteriormente Liuzzi y Sutil. Undécimo puesto final para Michael que sin duda, unido al sexto de Rosberg, habrán dejado muy insatisfecho al campeón alemán.

Dos. Nueva carrera en la que los dos BMW Sauber no consiguen cruzar la bandera a cuadros. Y es que en lo que llevamos de campeonato, hasta en seis ocasiones tanto De La Rosa como Kobayshi se han quedado fuera antes de tiempo. Fiabilidad paupérrima la de los Sauber, sólo equiparable al Virgin de Timo Glock o al Hispania de Bruno Senna, ambos también con seis abandonos en las ocho carreras que llevamos hasta la fecha. Nadie se esperaba un nivel tan bajo para una escudería que se suponía pelearía en el centro de la parrilla.

Uno. Seis son los puntos que lleva Vitaly Petrov con su Renault en la clasificación general de pilotos. Los seis los logró en una única carrera –China-. Si los comparamos con los setenta y tres que lleva su compañero de equipo Kubica, podemos deducir la diferencia de rendimiento que están ofreciendo ambos pilotos. Tal vez en Renault necesitaran el dinero aportado por Petrov, quien literalmente compró su asiento en la F1, pero mucho dudamos que se pudieran imaginar una respuesta tan pobre por parte del ruso.

Cero. La noticia saltó antes del GP de Canadá. Cuando parecía resuelto el asunto de los neumáticos de cara a la próxima temporada –la FOTA estaba cercana a optar por Pirelli- la FIA se metió de por medio dejando todo parado. Parece ser que ahora se abrirá un concurso para adjudicar el suministro de neumáticos. Esto va a perjudicar considerablemente a los equipos que ven cómo habrán de retrasar sus diseños de los monoplazas para el año que viene, donde es punto clave conocer el proveedor de neumáticos. De nuevo la FIA haciendo de las suyas.

viernes, 4 de junio de 2010

Turquía (30/05/10)

Séptima carrera del Mundial y quinto piloto que logra llevarse una victoria, dato que refleja a las claras la incertidumbre que estamos viviendo en estas primeras carreras. Estas son nuestras calificaciones.

Diez. Si hay una escudería que en las últimas temporadas, año tras año, demuestra disponer de los mejores ingenieros –y por supuesto de recursos económicos- a la hora de evolucionar su monoplaza, esa es McLaren. Comenzó el Mundial con algunas dudas, y a priori parecía estar un escalón por detrás de RedBull e incluso, de Ferrari. Sin embargo, han bastado unas semanas de trabajo para que las flechas plateadas se presenten ahora como la principal alternativa al dominio que amenazaba con imponer los monoplazas de la bebida energética. En Turquía Hamilton se llevó su primera victoria de la temporada tras una nueva carrera prácticamente perfecta. Su compañero Button con su segunda posición completó el doblete para McLaren. Se podrá decir que fueron beneficiados claramente por el accidente entre Vettel y Webber, pero nadie podrá discutir que supieron estar en el lugar adecuado para aprovecharse de la situación creada por los RedBull, y sobre todo, desde el box de McLaren, supieron velar a tiempo por los intereses del equipo, anteponiéndolos a los individuales de cada uno de los pilotos ingleses. Un intento de adelantamiento por parte de Button fue respondido de forma inmediata desde el box para que se pusiera punto y final a cualquier tipo de hostilidad que pudiera hacer peligrar el inesperado doblete, gracias al cual, McLaren se sitúa al frente del Campeonato de Constructores.

Nueve. Con la victoria casi en el bolsillo, Mark Webber vio cómo su propio compañero Vettel le embestía en una maniobra casi suicida, provocando su salida de la pista, volviendo a ésta ya por detrás de los dos McLaren. Pudo haber sido peor a la vista de la dureza del impacto, así que el tercer puesto logrado por Webber es un mal menor que además le permite seguir liderando la clasificación del Mundial. Si obviamos el mencionado accidente, el resto del fin de semana protagonizado por Webber fue de nuevo sobresaliente. Se consolida así como firme candidato al título lo que sin duda supondría una sorpresa de similar calibre a la que supuso la victoria de Button en la temporada anterior. Por otro lado, sus declaraciones al final de la carrera, tratando de no echar más leña al fuego provocado por Vettel con su torpe acción, honran al veterano piloto australiano, quien demuestra tener el mismo temple tanto dentro como fuera de la pista.

Ocho. Cuando muchos le daban por muerto, Michael Schumacher ha vuelto a demostrar que sigue muy vivo. Otro cuarto puesto que sumar al del Gp de España y nueva carrera finalizada por delante de su joven compañero Nico Rosberg. La sensación que da el Kaiser es que a poco que mejore su Mercedes –que ya lo ha hecho desde la primera carrera- podría estar muy próximo a lograr su primer podium en su regreso a la F1. Tras lograr la quinta posición en la parrilla en la clasificación del sábado, el domingo realizó una carrera perfecta, sin dar ninguna opción a todos los que tuvieron que conformarse con ver el alerón trasero del alemán durante todo el Gran Premio.

Siete. ¿Quién iba a decir que después de un inicio de temporada más que decepcionante, BMW Sauber sería capaz de lograr un punto? Pues en Turquía lo lograron. El protagonista de lo que casi podría catalogarse como gesta, fue el japonés Kobayashi, quien el sábado ya había dado la sorpresa al colarse en la Q3. Muchos esperaban que fuera su compañero De La Rosa quien lograra colar su Sauber en los puntos, pero al final ha sido Kobayashi quien se ha anotado el honor. Al finalizar la carrera el piloto catalán vino a decir que de no mediar las indicaciones que recibió por radio cuando rodaba justo por detrás de su compañero, podría haberle superado. Sobraron esas palabras cuando lo que de verdad tocaba era celebrar algo tan importante para el equipo. Ya tendrá tiempo de reivindicarse en próximas carreras porque nadie duda de su calidad.

Seis. Renault sigue dando muestras de no ser una mera comparsa en este Mundial y prueba de ello fue la carrera más que correcta que en Turquía realizaron sus dos pilotos. Porque en esta ocasión incluso el ruso Vitali Petrov cuajó una excelente actuación, sólo oscurecida por el pinchazo sufrido en el adelantamiento al que Fernando Alonso le sometió a falta de pocas vueltas para el final, y que hizo que el ruso perdiera una octava posición a la que se había hecho merecedor. Se quitó en parte el mal sabor de boca de verse de nuevo fuera de los puntos, firmando la vuelta rápida en carrera tras su paso por el box para solucionar el pinchazo. Kubica por su parte finalizó sexto, demostrando que Renault goza de muy buena salud en este campeonato, y que como otras escuderías se duerman en los laureles –léase Ferrari sin ir más lejos-, podría seguir escalando posiciones.

Cinco. Parece que Felipe Massa estuviera abonado a nuestro aprobado pelado, pero es que realmente el brasileño realizó una fin de semana, que sin ser nada del otro mundo, al menos sirvió para que llevara a su F10 al lugar que más o menos le correspondía ocupar en Turquía a tenor de las prestaciones ofrecidas por el monoplaza rojo. Y aunque en Ferrari no sirva de consuelo –no debería-, al piloto brasileño seguro que le motiva ver que tras siete carreras disputadas, en cuatro de ellas ha finalizado por delante del que se suponía número uno dentro del equipo por más que se negara en la Scuderia, aunque no es menos cierto que en la clasificación general, este hecho no le sirve al brasileño para superar a su compañero.

Cuatro. Tras superar a Michael Schumacher tanto en clasificación como en carrera en las primeras pruebas disputadas, el alemán Nico Rosberg ha visto de repente cómo las tornas parecen haber cambiado a favor del heptacampeón del mundo. El sábado en la clasificación estuvo por delante en las dos primeras tandas pero luego en la decisiva, vio cómo Schumacher le arrebataba la quinta plaza, un lastre que a la postre, el joven Nico, sería incapaz de superar en carrera. Parece que las nuevas mejoras introducidas en el Mercedes no le han sentado bien a Rosberg. O eso o que la presión de verse siempre en la obligación de superar al Kaiser comienza a pasarle factura. Esperaremos a las próximas carreras para comprobar si es algo pasajero o si por el contrario, se ve acrecentado con el transcurrir de la temporada.

Tres. Cuando se oficializó su fichaje por Ferrari, pocos se imaginaban que a estas alturas, algunas críticas comenzaran a surgir entorno a la figura de Fernando Alonso. El campeón asturiano siempre se había caracterizado por ser un piloto frío y seguro, de los que apenas comenten errores. Sin embargo, si nos fijamos en estas siete carreras disputadas, nos encontramos con que Alonso ha errado por dos veces en la salida –Australia y China- a lo que se une el error en los libres de Mónaco que le privó de participar en la clasificación y por último, el cometido el sábado en la Q2 y que le dejó fuera de los diez mejores. Cuatro errores en siete carreras es algo que nunca antes habíamos visto en Alonso. La excusa de que su Ferrari no acompaña no es del todo correcta, ya que únicamente en Turquía se vio un F10 muy por debajo de lo esperado. En Ferrari se esperan como agua de mayo tanto las nuevas mejoras aerodinámicas como el que Alonso vuelva a ser el que era. En Canadá tendrá la primera oportunidad para demostrar que sigue teniendo magia en sus manos.

Dos. En Turquía Vitantonio Liuzzi ha vuelto a defraudar a los propietarios de Force India. El italiano sigue ofreciendo unos resultados muy por debajo de los que su compañero de equipo Adrian Sutil está obteniendo con el mismo monoplaza, lo que se refleja en el hecho de que Sutil dobla en puntos a Liuzzi en la general del campeonato. Para empezar el sábado el piloto transalpino se quedó fuera de la Q2 a más de cuatro décimas del tiempo marcado por su compañero. Un abismo. Y el domingo las cosas no fueron ni mucho menos mejor. O reacciona o no tardará en ver las carreras desde el box.

Uno. Ferrari tal vez debería haberse centrado más en mejorar el corazón de su monoplaza en lugar de dedicarse a decorar el chasis con un bonito logo que festejaba el 800 aniversario de los monoplazas del Cavallino en lo que a carreras disputadas en la F1 se refiere. Porque al final, se han encontrado con el más amargo de los cumpleaños. Un séptimo y un octavo puesto que ponen en seria duda la capacidad de la escudería de Maranello para evolucionar un monoplaza que en pretemporada y en las primeros grandes premios, parecía estar a la par que los RedBull. Ahora sin embargo han visto como no sólo McLaren, sino también Mercedes, parecen estar por delante, y ven cómo hasta Renault, se muestra como un rival prácticamente a su mismo nivel. Urge una reacción inmediata y el director deportivo Stefano Domenicali sabe que en ello va su puesto. El presidente Montezemolo no puede justificar en modo alguno que después de la inversión realizada con el fichaje de Fernando Alonso, y con un desarrollo del monoplaza iniciado desde la pasada temporada, nos encontremos con la situación que ahora se plantea. Si para Valencia no se ve un cambio sustancial en el rendimiento de los monoplazas rojos, habría que hacerse a la idea de que se ha esfumado una nueva temporada para las aspiraciones ferraristas.

Cero. No creo que haya duda sobre quién se merece el rosco de Turquía. El alemán Sebastian Vettel se ha hecho acreedor al mismo con la que será una de las acciones más recordadas a final de temporada. Y no digamos ya si al final el título se le escapa a la escudería RedBull por los puntos perdidos en Turquía. Puede entenderse que Vettel intentara adelantar a Webber, y es de agradecer de cara al espectáculo, pero lo que no puede en ningún modo aceptarse es que lleve ese intento hasta el extremo de provocar un accidente que dio al traste con lo que iba a ser con toda seguridad un nuevo doblete para RedBull –hubiera sido el tercero de la temporada- que además habría significado la tercera victoria consecutiva de su compañero con lo que su ventaja en el Mundial se hubiera visto incrementada sobre sus inmediatos rivales. Quizás fuera esto precisamente lo que condujo a Vettel al desastre. Las envidias nunca fueron buenas en un mismo box y ya veremos si Vettel ha aprendido la lección y si Webber olvida lo ocurrido cuando se encuentre en una situación similar o mejor aún, a la inversa.

¡Nos vemos en Canadá!

sábado, 22 de mayo de 2010

Mónaco (16/05/10)

Sexta carrera del Mundial de F1, en esta ocasión por las calles del Principado de Mónaco. Estas son nuestras calificaciones.

Diez. Nuestra máxima puntuación en el GP con más glamour del calendario, corresponde precisamente a la escudería con mayor atractivo de todas las que componen el circo de la F1: Ferrari. Podemos decir que por primera vez han estado a la altura que exige la historia de la Scuderia. Nadie les pide que logren lo imposible, ganando carreras si existe un monoplaza superior, pero lo que no se puede en ningún caso es facilitar estas victorias con errores impropios de la categoría que se supone a Ferrari. En Mónaco no ha sido así. En primer lugar, tras el accidente de Fernando Alonso, los mecánicos de Ferrari dieron toda una lección de profesionalidad y eficiencia, al rehacer pieza por pieza un monoplaza que estaba gravemente dañado y sin posibilidad de probarlo en pista, dejando así en las manos de Alonso, un F10 con las máximas garantías –las mismas que tenía antes del accidentes-. Esto, unido en segundo lugar a una táctica de carrera totalmente rompedora y arriesgada, pero muy lógica, posibilitó sin duda la remontada de Alonso que le permitió sumar de este modo ocho puntos que cualquiera hubiera soñado antes del comienzo de la carrera. Esperamos que en el box de Ferrari se sigan tomando las decisiones con la misma inteligencia que en Mónaco, y que por supuesto, sus mecánicos sigan demostrando por qué visten un mono rojo con il cavallino en el pecho.

Nueve. Como no había posibilidad de asignar dos dieces, y por no hacerlo demasiado rutinario, dejaremos a Webber en este caso con la segunda mejor nota. Espectacular de nuevo el australiano que con su segunda victoria consecutiva se ha colocado al frente de la clasificación del Mundial, eso sí, con los mismos puntos que su compañero de equipo, Sebastian Vettel, a quien parece haberle comido la moral con estas primeras carreras en Europa. Webber demostró ya en la clasificación del sábado una superioridad aplastante, con más de tres décimas de ventaja sobre el segundo, y cuatro sobre el tercero. El domingo no hizo sino demostrar su hegemonía desde que el semáforo se puso en verde hasta cruzar primero por debajo de la bandera a cuadros, sin inmutarse por las repetidas salidas del Safety Car que hacían que perdiera la ventaja que acumulaba una y otra vez cada vez que éste se retiraba de nuevo a boxes. Mucha atención a Mark, porque entre los nombres de Alonso, Hamilton y Vettel, quizás el tapado de cara al titulo sea el veterano piloto australiano.

Ocho. Muy pocos hubieran podido imaginar que Renault tras su fiasco en los últimos años, iba a disponer esta temporada de un monoplaza que pudiera hacer frente a Ferrari, McLaren, RedBull y Mercedes. Pero lo cierto es que la escudería gala ha conseguido un monoplaza fiable que en manos de un piloto no menos fiable como el polaco Robert Kubica, está siendo una de las sorpresas del campeonato. El segundo puesto logrado por Robert el sábado invitaba incluso a soñar con dar la campanada el domingo. Sin embargo una salida un tanto deficiente por parte del polaco, hizo que éste perdiera una posición que ya no recuperaría. A pesar de ello, Kubica se merece sin duda nuestro notable alto. Y si no digamos nada si lo comparamos con el "rendimiento" que su compañero Petrov le está sacando al mismo monoplaza.

Siete. Fernando Alonso fue probablemente el piloto que mayor protagonismo acaparó durante el fin de semana. El viernes cometió un gravísimo error, impropio de alguien con su experiencia, pero esto demuestra algo obvio: nadie puede dormirse cuando está a los mandos de un F1, y menos si circula por Mónaco. En Ferrari no podían creer que el piloto asturiano hubiera cometido un error de semejante envergadura, pero lejos de tirar la toalla, confiaron en las posibilidades del monoplaza, en las suyas propias, y por supuesto, en la pericia de Alonso para buscar una remontada en toda regla. El domingo Alonso no hizo sino responder a las expectativas que se habían creado entorno a él. Se deshizo sin problemas de los pilotos de cola, quienes salvo en el caso del brasileño Di Grassi, apenas opusieron resistencia conscientes de que no era su guerra. Quizás el más dócil en ese sentido resultó un antiguo compañero de Alonso, el italiano Jarno Trulli, al que quizás se le fue un poco la mano a la hora de dejarse adelantar por el piloto de Ferrari. Sea como fuere, y gracias además a la entrada del Safety que minimizó la pérdida de tiempo de Alonso en su cambio de neumáticos, una vez que el resto de pilotos comenzaron con sus paradas, el asturiano se encontró en una tranquilizante octava posición cuando no se llevaba ni un tercio de carrera. La posterior retirada de Kobayashi y el tardío pitstop de Rosberg situaron a Alonso en la sexta plaza, a la postre definitiva, aunque con suspense incluido por el adelantamiento in extremis de Michael Schumacher que comentaremos después.

Seis. Tras el accidente de Alonso, todas las esperanzas en el box de Ferrari estaban depositadas en Felipe Massa. El brasileño parecía dispuesto a hacer olvidar el fiasco de Alonso marcando el mejor tiempo el sábado en la Q1 y el segundo en la Q2, sólo superado por Nico Rosberg, que no parecía el rival de cara a lograr la pole. Por desgracia, en la tanda definitiva Felipe únicamente pudo ser cuarto –según sus declaraciones fue obstaculizado precisamente por Rosberg- quedándose a poco más de una décima de la primera fila lo que hubiera aumentado sin duda sus posibilidades para la carrera. Lo intentó con todo el domingo en la salida, pero se topó con que Kubica, superado por Vettel, cerró justo a tiempo la puerta para evitar ser adelantado también por Massa, quien tuvo además que protegerse de la acometida de Hamilton. Felipe tuvo así que conformarse con rodar detrás de los tres primeros a la espera de que alguno de ellos pudiera cometer algún error que le permitiera subir al podium, algo que finalmente no se produjo. Aceptable en cualquier caso la carrera del brasileño.

Cinco. Al igual que Massa, Lewis Hamilton, mantuvo en la carrera la posición –quinta- con la que partía en parrilla. También como el brasileño lo intentó en la salida, pero a partir de ese momento se limitó a conservar la posición. Diez puntos importantes para el inglés después del rosco de Montmeló y que le permiten seguir con opciones intactas en su lucha por el título. Sigue dando la sensación de que a poco que su monoplaza le acompañe el inglés es capaz de ser de los pocos capaces de dar espectáculo, al contrario que su compañero de filas, Jeson Button, menos sólido cuando las cosas no vienen bien dadas, y que en Mónaco, saliendo desde una pobre octava posición, abandonó a las primeras de cambio por problemas mecánicos.

Cuatro. ¿Cómo pude suspenderse a alguien que finaliza segundo en Mónaco y que ocupa esa misma posición en el Mundial? Quizás seamos un poco duros con Sebastian Vettel, pero en estas últimas dos carreras ha dado la sensación de verse superado –y lo que es más grave, no sólo en la pista- por su compañero Mark Webber. De creerse la niña de los ojos del equipo RedBull se encuentra ahora frente a la cruda realidad de que Mark, lejos de ser una mera comparsa en este campeonato, se muestra como el primer enemigo a batir por el alemán. No parece estar llevando muy bien esta presión, por lo que una tercera derrota consecutiva en Turquía en su duelo particular con el australiano, podría resultar demoledora para la moral de Vettel.

Tres. Un equipo como Mercedes, considerado entre los mejores de la parrilla, no puede permitirse el lujo de cometer un error como el del adelantamiento de Schumacher a Alonso en el último suspiro de la carrera cuando según la normativa referida al Safety Car –que alguien dentro del equipo debiera conocer- no podía realizarse. En Ferrari –y entiendo que en el resto de escuderías- sí eran conscientes de esta norma y avisaron por radio a sus pilotos para que no cayeran en la tentación de adelantar posiciones a pesar de ver posibilidades para ello. En Mercedes nadie dijo nada a Schumacher –o si se lo hicieron, le indujeron al error- y esto al final provocó la sanción al alemán que le priva de unos puntos que tal vez no supongan ningún trastorno en las aspiraciones actuales del alemán, pero que le alejan un poco más de su compañero de equipo en la clasificación, quien de no mediar dicha sanción, hubiera acabado además por detrás de Michael por segunda carrera consecutiva.

Dos. Lo dijimos en su día con Kovalainen y esta vez toca repetirlo con Jarno Trulli. Resulta duro ver a alguien con el bagaje del simpático italiano subido a un monoplaza que no le permite optar a nada que no sea simplemente finalizar las carreras. Lo que ocurre es que en ocasiones, un piloto muy por encima del monoplaza que conduce, produce frustración, lo que unido a una falta de concentración, puede llevar a cometer graves errores –además de sumamente peligrosos- como el que llevó a Jarno a colisionar con Chandhok.

Uno. Como si fuera el caso del Dr Jekyll and Mr Hyde, Jenson Button llegó a Mónaco líder en el Mundial, apenas pudo ser octavo en la clasificación del sábado, y rompió transcurridas tres vueltas el domingo en carrera con lo que abandonó tierras monegascas cuarto en el campeonato, viendo ya desde la retaguardia a los dos RedBull y al Ferrari de Fernando Alonso. De acuerdo que las averías no son culpa de los pilotos, pero la actuación mediocre del sábado parecía el peor de los augurios, y que finalmente se confirmó el domingo. Algo pasa con Button cuando habiendo ganado dos de las seis carreras hasta ahora disputadas –igualado sólo ahora por Webber-, sigue viéndose menos candidato al título que su propio compañero Hamilton, que todavía se mantiene a cero en cuanto a triunfos se refiere.

Cero. Parece que la nota más deficiente es un pulso continuo entre FIA y escuderías LowCost. En Mónaco de nuevo ninguno de los monoplazas de estos equipos de bajo coste cruzaron la bandera a cuadros. ¿De verdad aportan algo a esta F1? Bueno sí: son ocho coches más en la parrilla. ¿Y además de eso?

¡Nos vemos en Turquía!

martes, 11 de mayo de 2010

España (09/05/10)

Quinta carrera del Mundial, desarrollada toda ella en condiciones de seco. Estas son las notas a tenor de lo que pudimos presenciar durante todo el fin de semana, y en especial como es lógico, durante la carrera.

Diez. Sin duda de nuevo Red Bull se merece nuestra máxima calificación, aunque en esta ocasión sea a modo particular para la figura de Mark Webber, el veterano piloto australiano, que con su victoria en Montmeló, firmó un fin de semana de ensueño. El triunfo le sirve para reivindicarse además en el seno de un equipo, donde la figura de su compañero, el alemán Vettel, parecía copar todas las miradas y las esperanzas de cara al título final. Webber ha demostrado que no quiere ser segundo de nadie, y que luchará con todas sus fuerzas por lograr los mismos objetivos que hasta ahora el destino parecía reservar para su joven compañero.

Nueve. Inesperado segundo puesto para Alonso, quien por su constancia y convicción merece también estar en nuestro particular podium. Tras una clasificación el sábado realmente por encima de las posibilidades del F10, el domingo se despachó con una carrera impecable, protagonizando alguno de los giros más rápidos del día a la pista catalana, pero sin comprometer en exceso el desgaste de sus neumáticos, lo que al final se reveló clave vistos los problemas que tuvieron tanto Hamilton como Vettel, y que hicieron que el asturiano escalara desde la cuarta posición que parecía lo máximo a lo que podía optar hasta una segunda posición que supo a victoria en Ferrari, como así lo demostraba la alegría tanto en el box como en la posterior ceremonia de entrega de premios.

Ocho. En Montmeló podemos decir que asistimos al regreso del Kaiser, o por lo menos, al inicio de este retorno, porque estoy convencido de que al cuarto puesto logrado en el circuito catalán se unirán otros resultados que harán las delicias de los seguidores de Michael Schumacher, entre los cuales -contra lo que piensan algunos-, todavía nos encontramos muchos ferraristas. El heptacampeón del mundo por fin logró estar durante todo el fin de semana por delante de su compatriota y compañero, Nico Rosberg. Fue impresionante ver cómo Schumacher le ganó la partida a Button cuando éste último salía de su parada en boxes, apurando el alemán al máximo su frenada a final de recta. Y no menos impecables fueron sus siguientes vueltas manteniendo a raya al inglés en todos y cada uno de los intentos de éste por superarle. Al finalizar la carrera se podía vislumbrar la satisfacción del veterano campeón que de nuevo se ha sentido a gusto en una carrera. Los cambios efectuados en su Mercedes sin duda han sido muy del agrado de Schumi, quien se ha adaptado mucho mejor a ellos que Rosberg.

Siete. Hamilton ha vuelto a protagonizar una carrera espectacular si tenemos en cuenta la diferencia que hoy por hoy media entre su McLaren y los RedBull. Aun así, volvió a comerle la tostada a Vettel –en este caso con un sensacional adelantamiento al alemán aprovechándose de la indecisión de éste al realizar un doblaje- y se ganó así una segunda plaza que mantuvo hasta que a falta de apenas tres vueltas, vio como uno de sus neumáticos dijo basta. Una pena, porque por mucho que les duela a todos aquellos que no soportan al piloto inglés, éste es sin duda uno de los grandes animadores de la F1, con un talento innato que supera con mucho la media del resto de pilotos que conforman la parrilla. No se dará por vencido el inglés quien en Mónaco podría ser serio candidato a la victoria.

Seis. Sebastian Vettel podría perfectamente haber compartido nota con su compañero Webber, pero al final una de serie de circunstancias le hicieron tener que conformarse con un tercer puesto –habría sido cuarto de no romper Hamilton- que a tenor de lo que reflejaba su cara en el podium, le supo a muy poco. Este año el alemán parece que está gafado porque parece increíble que con la aparente superioridad de su monoplaza, ahora mismo ocupa "sólo" la tercera posición el mundial, por detrás de Button y Alonso. En concreto, este domingo, una serie de problemas en sus frenos y neumáticos le obligaron así a pasar por boxes cuando parecía que su tercera posición -por detrás de Hamilton- estaba a salvo de los intentos de Alonso por llegar a ella. Es verdad que al final logró la misma posición, pero el sabor de boca que se le quedó al alemán en absoluto fue de su agrado. Que además sea su compañero quien se lleve la victoria todavía hace crecer más el grado de insatisfacción de Vettel, quien no obstante, tiene mucho Mundial por delante para demostrar su valía. Tal vez necesita sólo centrarse un poco más.

Cinco. Massa parece abonado a nuestro aprobado raspado, pero de nuevo este fin de semana compaginó una clasificación mediocre con una carrera más que aceptable donde al final ganó tres posiciones con respecto al puesto que ocupaba en la parrilla de salida. Una pena quizás el que desde el box copiaran la estrategia de Schumacher y Button, porque tal vez ahí se quedó la posibilidad de que el brasileño hubiera podido optar incluso al cuarto puesto teniendo en cuenta como acabó la carrera, y que el brasileño estuvo gran parte de la carrera con su alerón delantero dañado. Sus intentos por dar adelantar luego a Button fueron tan loables como inútiles, lo mismo que los de éste por hacer lo propio con Schumacher. Lo cierto es que se presenta una temporada complicada para Massa, puesto que son pocos los que ahora mismo dudan en la Scuderia que su caballo ganador es Fernando Alonso. Para alguien que se quedó a un solo punto –en realidad a una sola curva- de ganar el Mundial hace dos años, volver al papel de fiel escudero no tiene que ser fácil. Sin embargo considero que Massa, profesional como nadie y fiel a la Scuderia, hará lo que sea mejor para ésta. De todos modos sigo convencido de que todavía no ha dicho su última palabra.

Cuatro. Button no ha tenido un buen fin de semana, y aun así sale de Montmeló al frente de la clasificación de pilotos, así que aunque sólo sea por eso, puede darse por satisfecho. En Mónaco, un circuito donde el año pasado lograra la victoria, tratará por todos los medios de tomarse la revancha, aunque lo tendrá ciertamente complicado. Quizás en esta ocasión le pesó una clasificación el sábado un poco por debajo de lo esperado, pero sobre todo le faltó aplomo y valentía para evitar el adelantamiento que Schumacher le infringió cuando el inglés retomaba la pista tras su paso por boxes. Son de esas acciones que a un piloto con orgullo le escuecen. Ahí se le escaparon las ya escasas posibilidades que tenía de contactar con el grupo de arriba, donde su compañero Hamilton, rodaba en tiempos considerablemente más rápidos que él.

Tres. Después de cuatro carreras superando una y otra vez a Schumacher tal vez Nico Rosberg pensaba que lo tenía todo hecho para ser considerado el líder sobre el que Mercedes habría de apostar. Pero no parecen tenerlo tan claro en la escudería alemana ya que los cambios introducidos en el MGP W01 –nombre con el que ha sido bautizado su monoplaza- parecen amoldarse mucho mejor al estilo de Michael y que para nada han sido bien recibidos por Nico. ¿Casualidad o simplemente un mal fin de semana? En las próximas carreras tendremos la respuesta. Pero no parece que para empezar Mónaco sea el mejor lugar para que Rosberg supere a Schumi.

Dos. Pedro De La Rosa ha vuelto a ver cómo su GP se veía truncado apenas unas vueltas después de iniciado, y de nuevo por causas ajenas al piloto catalán. Es una lástima porque De La Rosa estaba más motivado que nunca para hacer una buena carrera delante su público y en un circuito que conoce a la perfección. Lo peor que puede hacer ahora es bajar los brazos –algo que no creo que suceda- porque en ese caso su puesto en la escudería correría serio peligro. La mayoría estamos convencidos de las cualidades de Pedro, pero necesita una buena carrera para demostrarlo a los que todavía dudan de él.

Uno. Resulta extraño ver a Kovalainen en Lotus arrastrándose por las últimas posiciones, cuando no hace mucho le veíamos siempre peleando con los mejores. El finlandés en su momento prefirió aceptar la oferta de Lotus –tampoco tenía otras opciones mejores- siendo consciente de que supondría pasarse una temporada en el dique seco. De acuerdo que nadie puede reprocharle nada porque el monoplaza no da para más, pero al final los resultados mandan, y ya veremos si de cara a su futuro en la F1, no hubiera sido mejor tomarse un año sabático.

Cero. La FIA sigue dando muestras de una doble vara a la hora de juzgar situaciones extremadamente similares y con ello, sembrando el desconcierto entre los propios pilotos. No se puede entender de otro modo la sanción de 20.000 dólares a Ferrari por la salida de boxes de Alonso en la sesión de clasificación, cuando a punto estuvo de provocar un accidente con Nico Rosberg que en ese momento circulaba también por el pit. Parece claro que la acción de Alonso es merecedora de sanción, pero no lo es menos el que una maniobra casi clavada, entre Hamilton y Vettel durante el GP de China, quedó impune. Tal vez la FIA debería de preocuparse más bien de cómo solucionar el problema que causan las escuderías low cost, cuyos monoplazas suponen por momentos durante las carreras, auténticas chicanes en movimiento. Para Mónaco el peligro será mayor si cabe, puesto que existen zonas donde es del todo imposible el adelantamiento. Ya veremos además qué sucede en la sesión de clasificación, donde puede haber más de una sorpresa con tanto tráfico en pista. Las reclamaciones están aseguradas.

martes, 20 de abril de 2010

China (18/04/10)

Cuarta carrera del Mundial de F1 con la lluvia de nuevo como protagonista. Estas son las notas a tenor de lo presenciado durante todo el fin de semana.

Diez. Doblete, liderato en el mundial de pilotos y en el de constructores. ¿Quién más podría merecerse nuestra máxima calificación que no fuera McLaren? La escudería inglesa ha sido sin duda la gran ganadora del GP de China, demostrando además –y no es la primera vez- que supo leer mejor que nadie la carrera. Button tras su victoria, se convierte en el primer piloto en lo que va de temporada en repetir triunfo, lo que le ha servido para destacarse al frente del campeonato. El simpático piloto inglés de nuevo fue el “más listo de la clase”, sin precipitarse a la hora de cambiar neumáticos como hiciera la mayoría; aunque algunos dirán que no ha sido sino suerte, el dato fehaciente es que el actual campeón del mundo ha sacado petróleo de las dos carreras más revueltas disputadas hasta la fecha. Por su parte, su compañero de equipo, Hamilton, si obviamos su maniobra con Vettel en boxes, tan arriesgada como ilegal –aunque de nuevo no sancionada-, podemos decir que protagonizó una de las mejores carreras que se le recuerdan, con adelantamientos de auténtico número uno que es. Porque Hamilton podrá caer mejor o peor, pero lo que nadie puede poner en duda es su talento innato fuera de lo común.

Nueve. ¿Y qué podemos decir del joven Nico Rosberg? Tercero en meta, llegando incluso por momentos a liderar la carrera, y que a la chita callando se ha aupado a la segunda posición del mundial de pilotos. ¿Tiene realmente un buen coche Mercedes o es que estamos ante un nuevo campeón de F1 en un futuro no muy lejano? Mi impresión es que el coche no es malo, y que por supuesto Rosberg puede ser uno los pilotos que manden en la F1 en los próximos años. Sin embargo, considero que estos últimos resultados en parte han sido motivados por los errores en otras escuderías –Ferrari a la cabeza- por lo que al final de la temporada, no creo que veamos al Leonardo Di Carpio de los circuitos entre los cuatro o cinco primeros. De todos modos, mientras tanto, que le quiten lo bailao. Un sobresaliente por tanto para el alemán.

Ocho. De nuevo un error en la salida –en este caso se saltó el semáforo aún en rojo- lastró la carrera de Fernando Alonso, lo que le acarreó el consiguiente drive through. No me extraña que al final de carrera el piloto español reconociera que no sabía ni las veces que había pasado por boxes, porque fueron nada menos que cinco. Eso sí, las dos apariciones del Safety Car de nuevo resultaron clave a la hora de ayudar a una remontada, que dicho esto, volvió a ser antológica. Con todo, en Ferrari seguro que agradecerán que en el futuro haya menos oportunidades para las remontadas, porque eso significará con toda probabilidad que el asturiano esté desde el principio luchando en la cabeza, como le corresponde a un piloto de su valía y con una montura que ha demostrado estar al nivel de las mejores. Por lo que se refiere al episodio del adelantamiento de Alonso sobre Massa a la entrada misma del Pit Lane, no es algo que haya gustado a la mayoría de los ferraristas. De puertas para adentro seguro que ha habido conversación seria entre ambos pilotos con la mediación del Director Deportivo Stefano Domenicali. Si Alonso es más rápido que Massa debe adelantarlo con solvencia en pista, y no arriesgar de esa forma comprometiendo la carrera de ambos a poco que el brasileño hubiera estado limpiando ya su visera o despistado con cualquier otra historia.

Siete. Renault a cada carrera que pasa sigue apareciendo como la alternativa de los modestos. Quinto puesto para Kubica y primeros puntos para su compañero Petrov, el primer piloto ruso en la historia de la F1 que ahora también lo es en puntuar. A la consistencia en la conducción del polaco, se ha unido la valentía del ruso, quien fue protagonista el domingo de algunas maniobras dignas de tener muy en cuenta. Habrá que seguirle en las próximas carreras.

Seis. Schumacher en Shangai –y sin necesidad de tener que recurrir a las hemerotecas-, sufrió en sus carnes el mayor número de adelantamientos que el piloto alemán haya nunca soportado en una única carrera. Probablemente y sin exagerar, el domingo le hayan sobrepasado más monoplazas de los que le hicieran en cualquiera de las temporadas al completo en las que dominó con puño firme la F1. ¿Por qué entonces otorgarle un seis al heptacampeón del mundo, cuando además ha vuelto a perder la batalla particular con su compañero de equipo? Simple y llanamente por su lección de conducción durante las vueltas en las que mantuvo en jaque al mismísimo Hamilton con un monoplaza que a todas luces era muy superior. Fue impresionante cómo llegó a sacar de quicio al inglés –tampoco es que sea demasiado complicado, eso es cierto- tapándole una y otra vez todos los huecos, claudicando únicamente en una de las largas rectas del circuito donde ya no era posible oponer más resistencia. Sigo convencido de que Schumacher mejorará con el paso del campeonato. Es más, lo espero con fervor; porque mucho me temo que en caso contrario, el alemán sería el primero en renunciar a los otros dos años que le ligan con la escudería de la estrella.

Cinco. Massa volvió a realizar una de esas carreras irregulares en las que intercambia grandes prestaciones con otras más grises. En China tuvo un error en la clasificación del sábado, lo que le hizo ya salir retrasado. Tampoco luego tuvo una salida excesivamente buena con lo que quedó un poco atrapado por el tráfico. Sin embargo poco a poco se fue yendo hacia delante, protagonizando algunos adelantamientos interesantes. Se le ve no obstante que sigue sufriendo con la lluvia, algo que le marca sobre todo con respecto a su compañero Alonso. De todas formas seguía con su progresión hasta que la maniobra que antes comentábamos a la entrada del box, hizo que perdiera unos segundos preciosos y que le relegaron de nuevo al centro del pelotón desde donde no pudo nada más que optar a una novena plaza final, sumando con ello únicamente dos puntos. Tiene que ir a más si de verdad quiere demostrar que puede luchar por el título codo con codo con los mejores.

Cuatro. Después de ocupar el primer y segundo puesto de la parrilla de salida el sábado, se esperaba otra exhibición de Red Bull. Sin embargo, la lluvia y las condiciones cambiantes durante la carrera hundieron tanto a Vettel, quien no pudo pasar del sexto puesto y a Webber, quien acabó octavo. En esta ocasión la escudería del Toro no ha sabido estar a la altura de las circunstancias, lo que abre un rayo de esperanza para todos sus rivales.

Tres. Hispania sigue haciendo bueno el dicho de que más vale llegar tarde que no hacerlo nunca. De nuevo sus dos monoplazas cruzaron la línea de meta, a dos y cuatro vueltas respectivamente de la cabeza, pero al menos saborearon la bandera a cuadros, cosa que el resto de las escuderías lowcost no pueden decir. En cualquier caso, se volvió a ver en carrera que en ocasiones se transforman en auténticos obstáculos en movimiento -lento, pero en movimiento- para los pilotos que les doblan. O mejoran –y lo mismo vale para Virgin y Lotus principalmente- o a final de temporada habrá que plantearse muy seriamente la introducción de algún tipo de medida que limite su participación en las carreras de no lograr un tiempo mínimo en la clasificación.

Dos. Richard Branson después de su año glorioso como patrocinador de BrawnGP se había propuesto hacer de su propia escudería Virgin, el modelo a seguir por el resto de pequeñas escuderías. Para ello no le importaba partir de cero y disponer de un presupuesto muy limitado. Aun teniendo en cuenta este hándicap de partida, lo cierto es que los resultados están siendo mucho peor de lo esperado, en especial si los comparamos con los de la cenicienta Hispania. Branson no es alguien que sepa convivir con el fracaso, por lo que a menos que sus monoplazas mejoren durante la temporada, no sería de extrañar que diera por concluida su aventura en la F1 a la finalización de ésta.

Uno. La FIA sigue dando pie una y otra vez a los comentarios que la acusan de proteger a ciertos pilotos, en especial a Lewis Hamilton. Viendo cómo el inglés circulaba en paralelo en boxes con Vettel, utilizando para ello el carril de seguridad que separa el paso de los vehículos de la zona de trabajo de los mecánicos, se hace muy difícil defender su ecuanimidad e imparcialidad. Una nueva advertencia –es la segunda este año- se antoja una medida muy blanda para alguien reincidente. ¿Acaso el número de advertencias es ilimitado?

Cero. Ya habíamos dicho que no iba a ser una temporada fácil para BMW Sauber tras la espantada de BMW. Pero lo que no podíamos imaginarnos es que fuera tan nefasta como lo está siendo hasta ahora. Con el patrón del equipo planteándose dar un ultimátum a De La Rosa –como si su compañero Kobayashi lo estuviera "bordando"- el clima que empieza a respirarse en la escudería es demasiado enrarecido como para invitar al optimismo. Y los motores Ferrari no es que estén ayudando tampoco demasiado a mejorarlo.